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El alcalde de la ciudad de Chilpancingo, en el sur de México, Alejandro Arcos, fue asesinado el domingo, tras apenas seis días en el cargo, un crimen que podría ser investigado por la fiscalía federal, informó este lunes la presidenta Claudia Sheinbaum.
Según medios locales, el alcalde fue decapitado.
Sobre el lamentable suceso del presidente municipal [alcalde] de Chilpancingo (…) se están haciendo las investigaciones necesarias para saber cuál fue el motivo y cuál fue el móvil y por supuesto hacer las detenciones correspondientes”, dijo Sheinbaum en su habitual rueda de prensa matinal.
Agregó que las autoridades federales están colaborando con las del estado de Guerrero, donde se localiza Chilpancingo, la capital estatal. “Se está viendo si es necesario atraer el caso para la fiscalía general de la república”, afirmó.
Sheinbaum señaló que pese al crimen de Arcos, que ocurrió tras el asesinato el pasado 3 de octubre de su secretario de ayuntamiento Francisco Tapia, la ciudad de Chilpancingo “no aparece entre los municipios con mayor número de homicidios”.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía el funcionario, denunció el “cobarde crimen” y pidió justicia.
“¡Basta ya de violencia e impunidad! Las y los guerrerenses no merecen vivir con miedo”, dijo el PRI en la red social X.
Evelyn Salgado, la gobernadora del estado de Guerrero, condenó el asesinato de Arcos. “Su pérdida enluta a toda la sociedad guerrerense y nos llena de indignación”, escribió en X.
Alejandro Moreno, presidente del PRI, condenó también el crimen y recordó la muerte de Tapia días atrás. “Llevaban menos de una semana en el cargo. Funcionarios jóvenes y honestos que buscaban progreso para su comunidad”, lamentó.
Guerrero es uno de los estados mexicanos más afectados por la violencia de los cárteles de la droga por su ubicación estratégica sobre la costa del Pacífico.
Más de 450.000 personas han sido asesinadas y unas 100.000 han desaparecido en México desde que el gobierno desplegó al ejército para combatir el narcotráfico en 2006.
Los políticos, particularmente a nivel local, con frecuencia son víctimas de la violencia relacionada con la corrupción y el tráfico multimillonario de drogas.